“Ataques con ácido nos obligan a vidas que no se pueden vivir”
Las secuelas del ataque con ácido que sufrió Carmen en 2014 la obligan a llevar gafas oscuras. Su rostro ha sido sometido a cirugías y cirugías, 60 en total en nueve años.
Tras ocho años sin salir y perder su trabajo, la víctima de la violencia química expone que afuera se ha encontrado con la revictimización social, discriminación y a luchar y luchar para arrancarle un poco de justicia a este país.
Ante legisladores de la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados, Carmen dijo que ser víctima de agresión con sustancias corrosivas la llevó a convertirse en activista.
“El ataque con ácido nos obliga a vidas que no se pueden vivir”, expresó tras enumerar que gracias a los cirujanos, al tanatólogo y a la ayuda siquiátrica su suicidio no se materializó, aunque actualmente es una idea que está ahí.
“La jefa de Gobierno no me quiere recibir”
Ana Elena lleva un parche en el ojo izquierdo y 16 cirugías. Luce una bella melena rizada, pero gracias a los médicos que salvaron las funciones que pudieron quedar afectadas, como la pérdida del párpado izquierdo tras la agresión química en 2018, en Iztacalco.
“Me fui de México, por la persecución de mi agresor tras denunciarlo. Logró encontrarme en el país en el que me refugié, pero he decidido regresar para seguir exigiendo justicia y acompañar a otras mujeres en esta lucha”, expresó Annie.
La víctima expuso que en la búsqueda de justicia ha solicitado un encuentro con la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, pero por cuestiones de su agenda mandó a decirle con una enviada que no la puede recibir.
Luego de escuchar estos testimonios en los que se revelaron también que en México algunos médicos de hospitales del servicio público se resisten a realizar cirugías estéticas a las mujeres víctimas de violencia química, legisladores de la Comisión de Justicia externaron su solidaridad para continuar haciendo leyes en beneficio de las víctimas.